Leopoldo VII trajo una nueva época de prosperidad en su reinado de veinte años, así como innovaciones tecnológicas en cuanto a agricultura, educación y justicia. Fundando el pueblo Llanura del Caballo Salvaje; centro agricultor del reino, La abadía de las Santas Virtudes; cúspide de la educación y la asamblea de Iudesca, creada como un espacio para establecer las leyes y observar el cumplimiento de las mismas. También estableció un castillo secreto al este de ciudad Oso Pardo a las faldas de la montaña Dragón. Fundó Puerto Sirena, al principio un puerto pesquero, pero más tarde se convertiría en el centro comercial del continente. Mandó exploradores por todo el continente para cartografiarlo y mantuvo una relativa alianza con los Djinn durante casi todo su reinado, el cual termino entre una guerra con los Djinn por diferencias religiosas. Los últimos dos años de su reinado fueron manchados por los dos ataques de los Djinn a la abadía de las Santas Virtudes, quienes atacaron por mar, cruzando el mar Sombra Luminosa al este de la abadía y atravesando el bosque Cuervo al noreste para un ataque terrestre. Dicho ataque fue reprimido por las mismas fuerzas armadas de la abadía, encabezadas por Santa Frida de Bohort, sin la necesidad de la intervención de la Real Armada Siete, lo que elevó el poder y prestigio de la abadía, pues no sólo era un centro educativo, sino también un centro de entrenamiento básico. Durante esa época, ya en los últimos días del rey, se tuvo el primer contacto con los extranjeros, los Jötnar o Gigas como los llamaron los humanos, arribaron cerca de Puerto Sirena desde Hod, el primer contacto causo varios conflictos y temores, debido a la estatura de los Jötnar (entre los 2,40m y 3m) sin contar el hecho de no entender su lenguaje y poseer costumbres demasiado bruscas para los humanos. Pero la ya entonces anciana Santa Frida de Bohort solicitó al rey la oportunidad de interactuar con los Gigas antes de actuar militarmente, pues los Gigas actuaban de una manera peligrosa para la estabilidad recientemente forjada en el reino. Al llegar al campamento Santa Frida de Bohort, acompañada por su discípula Luna de Bors, solicitaron audiencia con el líder del grupo, hablando la lengua de los Jötnar, lo cual sorprendió tanto a los Jötnar como a la guardia humana que las acompañaba. Estableciendo así un canal de dialogo que termino con un intercambio cultural que enriqueció a ambas razas, donde los humanos adquirieron conocimientos básicos de navegación y los Jötnar en agricultura, pues eran un pueblo totalmente pesquero y recolector. Además se estableció que los criminales más peligrosos serían enviados a Jötunheim, la ciudad prisión de Hod. El rey Leopoldo VII engendró a tres hijos, Arthu, Leopoldo VIII y Margaret. Arthu el mayor muere a los diez años por fiebre, cuando su hermano Leopoldo alcanza la mayoría de edad (19 años) sube al trono y se desposa con la joven Sarah, pero tanto ella como su hija mueren durante el parto (ella solo tenia 14 años). Su reinado comienza con la alianza comercial con los Djinn, lo cual la asamblea de Iudesca desaprueba, debido a que la historia les había enseñado a no confiar en el pueblo Djinn. Después el joven conoce a Chrish-Shana con quien engendra a Elizabeth, lo cual Leopoldo VIII desaprueba pues esperaba un heredero varón, lo cual lo lleva a obstinarse. A los dos años de alumbramiento Leopoldo VIII inicia una revolución, pues piensa desligarse de la asamblea de Iudesca y pone en peligro la estabilidad del imperio, los sabios de la asamblea de Iudesca también hacen su movimiento, pues consideran que los poderes de la corona ya no deben recaer en un sólo individuo, promueven una reforma contra la monarquía y la estabilidad económica del imperio comienza a decaer. Con el apoyo de Chrish-Shana de lado de la asamblea de Iudesca, Leopoldo VIII toma represalias y se divorcia de ella destituyéndola de sus derechos (lo cual enfada al pueblo) y Leopoldo VIII toma por esposa Marie, bajo el consejo de Abdel Fattâh, embajador de los Djinn. Esto divide una vez más al pueblo y Leopoldo VIII lanza varios decretos que someten bajo su yugo tanto al pueblo como a Iudesca. Con Marie, Leopoldo VIII engendra a su primogénito varón Leopoldo IX. Lo que ocasiona una tregua en su batalla contra el pueblo, pero inicia una guerra imprudentemente contra los Jötnar (en contra del consejo de la asamblea Iudesca) la cual pierde estrepitosamente por la superioridad de la fuerza naval de los Jötnar, que saquearon y destruyeron todo el oeste del reino humano. Iudesca es la que logra por medios políticos establecer la paz, pero los Jötnar piden un alto precio para mantenerla, el encarcelamiento del rey, Leopoldo VIII se opone rotundamente y pide la ayuda militar a su alianza con los Djinn, la cual le sería dada si entregaban el 70% del imperio a los Djinn. Acorralado, pues en ambas opciones tarde o temprano caería, Leopoldo VIII opta por la noble opción del suicidio. Es entonces que Iudesca toma el control del imperio y restablece el orden bajo un senescal.
Sigue la Era Dorada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario