14 de febrero de 2016

Exilio

Lentamente reptando en la oscuridad, aferrándose a la luz que queda en su alma, un pobre diablo se arrastra caverna adentro,  sin esperanza escogió el exilió...
El mundo que lo hirió profundamente le aterroriza, el amor fue su castigo. La sangre que corre por sus venas esta maldita y su sed por ella lo obliga a ocultarse.
El asesino de bellos ojos le robo su corazón y ahora en la seguridad de una putrida caverna se arrastra herido, buscando el sueño, las lágrimas de sangre sólo brotan de su pecho herido, alimentando a la rosa blanca que le arranca hasta la última de sus fuerzas. Anhela en sus adentros un último beso,  pero Alastor sabe bien que aquello le robaría más que el alma.
Sueña Alastor
Que en tu exilio se curen tus heridas, la rosa roja brotará del suelo nuevamente, con renovadas espinas, embriagante perfume y un seductor rojo carmesí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario