29 de abril de 2011

Aquello que (NO) vez...



Sé que me mientes, que no lo puedes evitar. Me observas cada día pasar a lado de ella. Son tus ojos un peso mortal. Y sé que aún estas ahí, parado con los ojos fijos en mí, intentando captar atención. Lanzando sueños, contando el tiempo, es inútil no sigas más. No pretendas que sea tu felicidad, no inventes que soy tu error, No vistas tu vida con un falso camuflaje. Efímero el tiempo, efímero lo trastornas, destruyendo los bueno. Deseas tanto que este a tu lado, que no vez cuanto me asfixias, cuanto me matas lentamente…
Retorciendo la realidad, no llegas a nada más, sólo a sueños muertos, a pasiones prohibidas, las cuales gozas muriendo en mi seno. Son tus ojos veneno mortal, siempre juzgando, siempre esperando…
De que sirven esos ojos negros llenos de amor, si no te sirven para juzgar y apresiar los momentos que te entregue. Dices que te mentí, que te robe tu alma. Ahora reclamas sentir aquello que se te niega. Me sorprende tu ceguera, tus ecos, tus retorcidas palabras. Construyes un edificio sobre las ruinas de un temblor… Devastado en el mundo y sigues de pie, bajo el sol, bajo la lluvia. Tu edificio no durará arquitecto de sueños, quimeras e ilusiones. Baja a tierra y dame tu corazón. Tu futuro no escrito está y Yo me desvelo pensando en ti. Maldiciendo sé que me observas a lo lejos, esperando una nueva traición.
De nada sirve…
Sólo un trozo de tu valor, te dará las alas para volar, deja que limpie tus lágrimas, deja que tus ojos vean, quita la venda de ellos y mira por primera vez el sol.

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